La sede de los antiguos Juegos
Olímpicos era un santuario que constaba de templos y edificaciones en honor a
los dioses de la antigua Grecia. Los Juegos comenzaban con una ceremonia y un
sacrificio a los dioses.
Se le conoce como uno de Los
cuatro ciclos principales de los juegos antiguos. Los otros tres fueron los
juegos píticos, los juegos ístmicos y los juegos nemeos. Todos estos formaron
parte de varias prácticas religiosas. Algunos se celebraban en honor de los
dioses, otros como ofrendas de acción de gracias. Más tarde, se celebraban en
honor de personas vivas. Los juegos griegos, con los desfiles de los
asistentes, fiestas y música, jugaron un papel importante en el desarrollo de
la apreciación de la belleza física que es típica del arte y la literatura
griega. Hasta una etapa relativamente tardía en la historia griega, los
participantes en los juegos eran antes elegidos entre los ciudadanos que entre
los atletas profesionales. Los juegos píticos, se celebraban en Delfos cada 4
años, y sus ganadores recibían honor y fama y una guirnalda de hojas de
Laureles; los juegos ístmicos en el golfo de Corinto; y los juegos nemeos, en
Nemea a 16 Km al sudoeste del Istmo y cada 2 años.
Los Olímpicos, se celebraban en
verano, cada 4 años (periodo llamado Olimpiada). En 776 a. C. Se comenzó a
hacerse la lista de los ganadores y por lo común se considera ésta la fecha de
iniciación de los juegos. Estos se realizaban en la ciudad de Olimpia y eran
consagrados en honor de Zeus Olímpico, quien moraba en el monte Olimpo, de unos
3 200 m. A
principios del año de los juegos, se enviaban mensajeros a todo el mundo griego
para invitar a las ciudades-estado a homenajear a Zeus. Éstas enviaban delegaciones
para competir en esplendor y en actividades atléticas con otras delegaciones.
En las competiciones sólo podían participar hombres honorables de ascendencia
griega y durante su celebración se cumplía la denominada tregua olímpica que
implicaba la paralización de los conflictos bélicos.Los juegos pasaron
de ser un festival de atletismo y lucha que duraba un día, a convertirse en una
celebración de cinco días con diferentes pruebas, en el 472 a.C., y en el 350 a.C. adquirieron
Lanzador de disco
Las características definitivas que les hicieron tan célebres para la posteridad.
No se conoce con precisión el orden de las pruebas, pero el primer día se
dedicaba a los sacrificios. El segundo comenzaba, con toda probabilidad, con
carreras pedestres, para las cuales los espectadores se reunían en el estadio,
una zona rectangular rodeada por bancos de tierra en pendiente. Los otros días
se celebraban luchas, boxeo y el pancracio, una combinación de las dos.
En un principio, el objetivo de estos deportes era arrojar a tierra al antagonista
tres veces. El boxeo se hizo cada vez más duro; al principio los pugilistas se
envolvían los dedos en tiras de cuero blando para amortiguar los golpes, pero
más tarde se usó cuero duro, e incluso le añadían metal para aumentar el peso.
En el pancracio, el deporte más riguroso, la competición continuaba hasta que
alguno de los participantes reconocía la derrota.
Aunque sólo los más ricos podían participar
en las carreras de caballos, en las que cada participante era dueño de su
caballo, este tipo de competición fue una de las atracciones más populares. A
la carrera de caballos le seguía el pentatlón, una serie de cinco pruebas:
velocidad, salto de longitud, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco y
lucha; se desconoce su orden exacto y el método usado para determinar al
ganador. El disco era un plato de bronce, lo más probable en forma de lente; la
jabalina se arrojaba con la ayuda de una cinta enrollada en el asta, que
producía un movimiento de rotación dándole una mayor distancia y precisión. La
prueba de salto era de longitud, no de altura. La prueba de clausura se trataba
de una carrera en la que los atletas corrían con la armadura puesta. Los
ganadores recibían como premio guirnaldas de olivo y otorgaban fama a sus
ciudades de origen. Con frecuencia los poetas les convertían en celebridades, y
vivían el resto de sus vidas a costa del erario.